El Departamento de Trabajo de Estados Unidos informaron que 217.000 trabajadores solicitaron nuevos beneficios de desempleo durante la semana que finalizó el 4 de noviembre, una disminución de 3.000 respecto al nivel revisado de la semana pasada.
El promedio móvil de cuatro semanas, que suaviza parte de la volatilidad en los datos semanales, aumentó a 212.250.
Reclamos continuos en aumento
Las solicitudes recurrentes de beneficios por desempleo en Estados Unidos aumentaron por séptima semana consecutiva, lo que se suma a la evidencia de que el mercado laboral se está enfriando.
Las solicitudes continuas de desempleo, un indicador del número de personas que reciben prestaciones por desempleo, aumentaron a 1,83 millones en la semana que finalizó el 28 de octubre, la cifra más alta desde mediados de abril, según datos del Departamento de Trabajo publicados el jueves.
Alrededor de 1,8 millones de trabajadores siguen reclamando prestaciones por desempleo, frente a 1,86 millones a mediados de abril. Se informó que la tasa de desempleo fue del 3,9% en octubre, la tasa más alta desde enero de 2022.
Durante gran parte de los últimos dos años, el desempleo ha oscilado entre el 3,4% y el 3,8%, un rango históricamente bajo, a pesar de las altas tasas de interés y la inflación.
Por qué les importa a los inversores
Las solicitudes de desempleo son una manera fácil de medir la fortaleza del mercado laboral. Cuantas menos personas soliciten prestaciones por desempleo, más empleos tendrán, y eso dice mucho a los inversores sobre la economía. Casi todos los trabajos conllevan un ingreso que proporciona al hogar poder adquisitivo. El gasto engrasa las ruedas de la economía y la mantiene creciendo, por lo que un mercado laboral más fuerte genera una economía más saludable.
Sin embargo, esto tiene una desventaja. Las solicitudes de desempleo, y por tanto el número de solicitantes de empleo, pueden caer a un nivel tan bajo que las empresas tengan dificultades para encontrar nuevos trabajadores. Es posible que tengan que pagar horas extras al personal actual, utilizar salarios más altos para atraer a personas de otros trabajos y, en general, gastar más en costos laborales debido a la escasez de trabajadores. Esto conduce a una inflación salarial, lo que es una mala noticia para los mercados de acciones y bonos. Los funcionarios de la Reserva Federal siempre están atentos a las presiones inflacionarias.
Al rastrear el número de solicitudes de desempleo, los inversores pueden tener una idea de cuán ajustado o flexible está el mercado laboral. Si la inflación salarial parece amenazadora, es una buena apuesta que las tasas de interés subirán, los precios de los bonos y las acciones caerán, y los únicos inversores de buen humor serán aquellos que rastrearon las solicitudes de desempleo y ajustaron sus carteras para anticipar estos eventos.
Sólo recuerde, cuanto menor sea el número de solicitudes de desempleo, más fuerte será el mercado laboral y viceversa.