El Banco de Japón (BOJ) se prepara para mantener tasas de interés ultra bajas, pero realizará ajustes para extender su política de control de rendimiento.
Se discute permitir que las tasas de interés a largo plazo suban por encima del 0.5% para corregir distorsiones en el mercado causadas por las compras masivas de bonos del BOJ.
El BOJ enfrenta la presión de mantener la inflación bajo control mientras el crecimiento económico se recupera, lo que podría llevar a ajustes en sus políticas de estímulo.
El Banco de Japón (BOJ) se encuentra en el centro de la atención mientras aborda la cuestión de mantener las tasas de interés ultra bajas y, al mismo tiempo, realizar ajustes en su política de control de rendimiento. Con la perspectiva de una inflación sostenida y el crecimiento económico en curso, el BOJ enfrenta el desafío de mantener la estabilidad financiera y ajustar sus estrategias para adaptarse a la situación actual.
El BOJ tiene previsto mantener su techo del 0.5% para el rendimiento de los bonos del gobierno a 10 años. Sin embargo, se está considerando permitir que las tasas de interés a largo plazo suban por encima de este nivel en cierta medida. Esta medida busca corregir las distorsiones causadas en los mercados debido a las significativas compras de bonos llevadas a cabo por el BOJ. El objetivo es encontrar un equilibrio entre el estímulo económico y evitar aumentos bruscos en las tasas de interés a largo plazo.
Desde la introducción del control de la curva de rendimiento (YCC) en 2016, el BOJ ha sido capaz de mantener con éxito los rendimientos de los bonos bajo control, especialmente cuando la inflación se mantuvo por debajo de su objetivo del 2%. Sin embargo, el año pasado, la situación cambió debido a la subida de los precios de las materias primas, lo que llevó a una inflación por encima del 2% y generó inquietudes entre los inversores sobre el tope de rendimiento establecido.
Si el BOJ procede de acuerdo con las indicaciones del informe del Nikkei, podría efectivamente eliminar el tope de rendimiento existente. Esto representaría un cambio significativo en su política de estímulo y podría tener implicaciones importantes en la economía japonesa.
El contexto actual también implica la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de subir las tasas de interés, lo que amplía la brecha entre las tasas de interés de Estados Unidos y Japón. En este sentido, ajustar el YCC podría ayudar a evitar caídas adicionales en el valor del yen, lo que afectaría negativamente a los hogares y minoristas al aumentar el costo de las importaciones de alimentos y combustible.
La decisión del BOJ en su reunión de política será crucial, ya que la economía japonesa continúa mostrando signos de recuperación. Aunque la inflación ha superado el objetivo del 2% del BOJ durante más de un año, el gobernador Kazuo Ueda se mantiene cauteloso y ha reafirmado su compromiso de mantener una política monetaria ultraflexible hasta que esté convencido de la resistencia de la economía frente a las condiciones globales y de que las empresas puedan seguir aumentando los salarios el próximo año.
En el futuro cercano, el BOJ podría ajustar sus proyecciones de inflación a medida que aumentan las presiones de precios. Es probable que actualice sus pronósticos para el año fiscal en curso, reflejando un aumento en la inflación básica al consumidor. Sin embargo, las proyecciones para los años fiscales 2024 y 2025 se mantendrán en gran medida sin cambios, dada la incertidumbre en torno al crecimiento global.
En conclusión,
Las perspectivas del BOJ están en un punto crucial, ya que enfrenta la tarea de mantener tasas bajas y ajustar su política de control de rendimiento en un entorno de recuperación económica y aumento de la inflación. Las decisiones que tome el BOJ tendrán implicaciones significativas para la economía japonesa y para la estabilidad financiera en la región.
La atención se centra en la reunión de política, donde el gobernador Ueda proporcionará más detalles sobre las próximas acciones del banco central.
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