Las autoridades argentinas dijeron el viernes que se importará más combustible para garantizar el suministro a los surtidores, ya que la actual crisis se prolongará durante semanas, lo que podría afectar la segunda vuelta presidencial del 19 de noviembre entre el ministro de Economía, Sergio Massa, y el congresista liberal, Javier Milei.
En este escenario, el organismo anunció que durante una reunión de emergencia en el Ministerio de Economía entre la secretaria de Energía, Flavia Royón, y los titulares de YPF, Trafigura, PAE y Raízen se llegó a un acuerdo para importar diez buques de combustible para hacer frente a un inusual “aumento de demanda”, estimando que “en los próximos días se solucionará el desabastecimiento”.
Escenas que recuerdan a la Venezuela
Los últimos años han surgido recientemente en toda Argentina con autos alrededor de la cuadra intentando cargar combustible en las estaciones. Jorge Ferro, un consultor de 42 años en Buenos Aires, intentó llenar su tanque el miércoles en una gasolinera Axion en el rico barrio de Recoleta, pero los empleados le dijeron que se habían quedado sin “super” y que solo podían ofrecer 4.000 pesos ( US$11) de gasolina premium.
Las crecientes colas en los surtidores y las gasolineras a oscuras por la noche son signos tangibles de una crisis fiscal que se sale de control. El Banco Central de Argentina se está quedando sin dólares para pagar a los importadores, con una inflación cercana al 140 por ciento y una recesión al acecho.
El gigante energético estatal YPF tiene tres camiones cisterna esperando con gas y diésel para importar, pero no puede descargar el combustible hasta que se pague a los proveedores extranjeros BP Plc y Gunvor, según dos personas con conocimiento directo del asunto.
El presidente de la Federación de Expendedores de Naftas del Interior, Alberto Boz, señaló que el país importa entre el 12% y el 15% de la súper nafta que se consume en el mercado interno, y entre el 15% y el 22% del gasoil grado 2. “La producción local no es suficiente para satisfacer la demanda, que aumenta con la agricultura y el transporte. Aunque todas las destilerías de todas las petroleras procesan el crudo de Vaca Muerta, todavía es necesario importarlo”, afirmó.
Además, el precio actual del litro de gasolina súper es el más bajo de los últimos 10 años: alrededor de 0,35 dólares al tipo de cambio no oficial, lo que explicaría un aumento del contrabando hacia los países vecinos.
YPF incapaz de pagar las importaciones de gas
La escasez de dólares en Argentina está dejando a YPF incapaz de pagar las importaciones de gas por ahora. La carga retenida tiene un volumen de 120.000 metros cúbicos, lo que representa el siete por ciento de las ventas mensuales de gasolina en el país, o unos 150 millones de dólares, dijo una persona. Argentina no tiene acceso al capital internacional y está luchando por cumplir con un acuerdo de 44 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional, su única fuente importante de financiamiento.
El suministro de combustible también se ve presionado por la regulación: los precios de la gasolina están fijos hasta el 31 de octubre, mientras que un litro de combustible en el surtidor cuesta alrededor de 40 centavos en Argentina, el nivel más bajo en América Latina detrás de Venezuela y Ecuador.
Argentina importa el 32% de su combustible: el 20% de su diésel y el 12% de su súper gasolina. El problema se agrava desde hace una semana y especialmente en las provincias más alejadas de la capital del país.